Hoy junto a Miniland y Educar es todo seguimos educando en salud con mis 10 mandamientos de los mocos en los niños.
- La media de infecciones respiratorias en un niño escolarizado es entre 6-8 al año. Estas además se concentran en invierno lo que hace que nos dé la sensación de que nuestro hijo/a está semana sí, semana no, malito. Es así. Y es normal. No hay que preocuparse siempre y cuando sean infecciones leves que no requieren de ingresos hospitalarios o tandas repetidas de tratamientos antibióticos. No hay que pensar que tiene bajas las defensas, ni que necesita unas vitaminas, ni que tiene una enfermedad grave. Los niños en el momento en el que pisan el colegio o la escuela infantil se resfriarán varias veces en el invierno. Cuanto antes lo asumamos, más tranquilos viviremos todos. Por algo se les llama a los niños mocosos ¿no?
- La evolución natural de un catarro es: 2-3 días de fiebre, 7 días de mocos y hasta 14 días de tos. La inmensa mayoría de las veces son infecciones víricas que no necesitarán antibióticos. Así que debemos ser pacientes y saber que una vez cogen el catarro, este no se irá en dos días. Siempre os digo que la primera semana los niños suelen estar más decaídos y la segunda ya sin fiebre y con la tos remitiendo. Si en lugar de mejorar, empeoran, es momento de volver al pediatra. (Fiebre mantenida varios días, decaimiento, falta de energía, mal estado general, llanto irritable, dolor de oídos, tos incesante, respiración acelerada, rechazo total de la alimentación…).
- “Lucía, dame algo para los mocos porque ya no podemos más”. - Sintiéndolo mucho no hay tratamiento que elimine los mocos. No lo hay… Lo que sí podemos hacer son lavados nasales con suero fisiológico o suero hipertónico cuando lo veáis muy congestionado. Si es muy pequeñito y con el lavado aún sigue “atascado” podéis aspirarle suavemente. En cuanto crezcan, tendremos que enseñarles a sonarse, será un antes y un después, creedme.
- No tratamos la fiebre en sí, sino el malestar: si tiene fiebre y además tiene malestar, le daremos un antitérmico; el paracetamol de primera elección.
- Los anticatarrales, mucolíticos y descongestivos no tienen eficacia demostrada en niños. Es más, en ocasiones pueden tener efectos adversos indeseables; es por ello por lo que, no solemos utilizarlos. No se recogen en ninguna guía de práctica clínica ni protocolo médico. Por lo tanto, os podéis ahorrar este dinero. Creedme cuando os digo que para nosotros es mucho más rápido “tirar” de receta y prescribir tres o cuatro jarabes que dar todas estas explicaciones cada vez. Pero debemos ser honestos y no aconsejar tratamientos que no estén avalados y que no exista evidencia científica respecto a sus beneficios.
- Para aliviar los síntomas además de los lavados podemos utilizar paracetamol que es analgésico (quita el dolor) y antitérmico (baja la fiebre) o el Ibuprofeno (analgésico, antitérmico y además antinflamatorio) siempre pautado por tu pediatra. Preferiblemente empezaremos con el paracetamol puesto que tiene menos efectos secundarios.
- Las dosis de los fármacos se dan ajustadas al peso y no a su edad. Preferiblemente con jeringuilla y no con cuchara, así no habrá riesgo de sobredosificación.
- Debemos enseñar a nuestros hijos a estornudar y toser sobre su propio codo y no sobre las manos.
- “Lucía, no seas así, dame unas vitaminas o algo que suba las defensas”. No está demostrado que estos productos eviten infecciones ni acorten los síntomas de los catarros. En definitiva, no hay evidencia científica sólida aun de que funcionen.
¿Qué puedo hacer para evitar que el bebé coja tantos resfriados e infecciones?
- Promocionar, ayudar, respetar y acompañar en la lactancia materna desde el primer día hasta que la mamá y bebé quieran
- Lavado de manos. Enseñar a nuestros hijos a lavarse las manos varias veces al día. La inmensa mayoría de las infecciones se transmiten a través de nuestras manos.
- Evitar espacios con humo: el humo del tabaco favorece las infecciones respiratorias afectando especialmente a niños asmáticos, con bronquitis de repetición, patología pulmonar, prematuros o que hayan tenido una bronquiolitis
- Mantener el calendario de vacunación al día. Las vacunas salvan vidas, ya lo sabéis.