¡Ya lo ha conseguido!
En algún momento entre los 12 y los 19 meses tu bebé logrará andar solito, con lo que su horizonte se ampliará significativamente. Ya puede ir de un lado a otro, entrar, salir, subir y bajar, girar, correr, trepar y desplazarse en algunos vehículos de ruedas.
Ya puede llegar a sitios que antes estaban totalmente lejos de su alcance. Puede coger cosas y transportarlas de un lugar a otro. Correr y que le persigan, ¡que maravilla!
Comprendiendo a tu bebé
Paralelamente, sus habilidades de comunicación aumentan, siendo capaz de hacer gestos para indicar lo que le llama la atención o desea, con su dedo puede dirigir la atención del adulto a cualquier lugar. Imita acciones cotidianas que ve hacer a mamá y papá, así dará de comer a su muñeco, limpiará el cristal de la ventana o tirará el pañal a la basura. Comienzan a aparecer algunas palabras, tan importantes como mamá, papá, agua o no.
También entiende cada vez más cosas, y puede seguir pequeñas instrucciones que le damos, a veces nos hará caso y otras muchas no. Porque en este momento comenzará a querer hacer cosas para las que no está preparado, porque es muy pequeño, y cuando no le salgan o no le dejemos hacerlas, se frustrará, y se enfadará, y sí, llegará la terrible “adolescencia”, ese momento en el que tu bebé comienza a conocer los límites que le separan a él, como un individuo independiente, de mamá y papá, ese momento de conocerse más y mejor, de reconocer lo que le gusta y lo que no, momento en el que empieza a mostrar y reafirmar su carácter. Es puro movimiento, pura emoción.
Jugando con un bebé de entre 12 y 24 meses
La exploración de los objetos y materiales sigue evolucionando, así como su capacidad para manipularlos. Su pinza es mucho más precisa y aprenderá a girar tapas y subir cremalleras.
Meter y sacar objetos de recipientes, cada vez más pequeños y de diversas formas y tamaños, alinearlos y apilarlos serán uno de sus juegos preferidos, junto con los trasvases de líquidos, arena o cereales, de un recipiente a otro.
Sus habilidades perceptivas también van a ir madurando, y podrá comenzar a igualar objetos por características como su forma, tamaño o color.
Cubos con tapaderas perforadas con un buen número de piezas de diversos colores, encajables de formas geométricas, cubiletes que puedan montarse para elaborar torres y construcciones sencillas, son elementos juguetes en esta etapa.
Los elementos desestructurados y que estimulen sus sentidos, de materiales diversos, siguen siendo los más atractivos a estas edades. Junto con elementos de la naturaleza como arena, palitos u hojas, podemos ofrecer otros que nos permitan jugar con los primeros: piezas de colores que dejan pasar la luz del sol, o que al superponerlas cambian de color, que nos sirvan como cucharitas para recoger arena y llenar pequeños recipientes, o que al meterlas en un cubo hagan ruido.
Cuantos más usos posibles tenga un material, cuanto más abierto sea porque su uso no implique hacer nada determinado con él, más permitirá que nuestros pequeños pongan en marcha su imaginación.
Y es justo por este motivo por el que un cubo de formas o unos cubiletes apilables se pueden presentar a los 6 meses y nuestro bebé podrá seguir usándolos mucho tiempo después, incluso en etapa preescolar, para guardar sus lápices dentro o trazar su contorno en un papel, también los incluirá dentro de su repertorio de juego simbólico, convirtiéndolos en un aparcamiento para sus vehículos, o en un vaso para tomar café con mamá.
Nuevamente, si nuestro bebé o niño pequeño está mucho más interesado en corretear, subirse a cualquier sitio y meterse en lugares tan insospechados como el cajón de un armario, el cesto de la ropa sucia o debajo del sofá, que en mantenerse sentado unos minutos explorando una actividad de tipo más manipulativo y atencional como puede ser encontrar el hueco en el que colocar el círculo en un encajable, no tenemos por qué preocuparnos.
No nos vamos a cansar de repetir que el desarrollo es muy variable, aun tratándose de bebés que tienen un desarrollo que se consideraría dentro de parámetros típicos.
Los dos primeros años de vida de nuestros hijos son fascinantes por todos los cambios y aprendizajes que ocurren en ellos, vamos a disfrutarlos al máximo.